La Cultura Moche se desarrollo en los valles de Moche, Chicama y Virú ubicados en el departamento de La Libertad. Por el norte llegaron a expandirse hasta el departamento de Lambayeque y por el Sur hasta Casma ubicado en Anchash. El Dios Moche se reconoce como Ai apaed que está representado por la huaca de la luna. Esta cultura se desarrollo principalmente en la zona de la costa norte del Perú, donde construyeron de una manera impresionante grandes templos que dejan gran parte de ellos. Algo que nos llega a sorprender a todos fue su sistema de irrigación y su gran desenvolvimiento en la parte de la orfebrería donde se identificaron por ser maestros de los diferentes metales y el oro. Esta cultura en la vida pre- hispánica se ubica en el año 1 D.C culminando así en el año 800 D.C. La orfebrería en esta época no se veía como una fuente económica, más bien era visto como una fuente simbólica importante para los antiguos peruanos. El oro y la plata eran los metales nobles más importantes ya que el oro representaba el sol y la plata la luna. El color que se usaba en la orfebrería moche tenía un gran significado de estética y simbología ya que las diferentes tonalidades simbolizaban las transformaciones del sol, la luna y sus recorridos atreves de las estaciones. Los inkas en las ceremonias se vestían de oro y aparecían brillando como el sol y así le mostraban al pueblo su carácter divino y dejaban claro que ellos eran los que representaban a los Dioses en la tierra. En el antiguo Perú las ceremonias eran relacionadas con el sacrificio, la fertilidad y el culto a los muertos, para estas ceremonias los orfebres crearon tazones, vasos y copas de oro y plata que contenían los líquidos ceremoniales como el agua y la sangre sacrificial. También usaron el oro y la plata como vínculos para la comunicación de mensajes religiosos ya que estos eran los materiales de lo sagrado y sobrenatural. En las guerras las culturas precolombinas representaban a los guerreros con lujosos vestidos y adornos los cuales eran usados como símbolo de prestigio que demostraban la función ceremonial de los combates. En esta época la música y la danza eran aspectos que sobresalían, en su gran mayoría la producción de sonidos era por el contacto de elementos metálicos o por las sonajas que colgaban de ellos hechos también por metales. Los orfebres, las tejedoras, los ceramistas y otros artesanos especializados dedicaban su habilidad y su gran cantidad de tiempo y energía a vestir y adornar a sus señores tanto para la vida como para la muerte. Cuando morían los líderes moches la sociedad tenía que asegurarse que estos cruzaran exitosamente de este mundo al mundo al otro y que realizaran un buen viaje hacia su destino final, más cerca de los Dioses. El cuerpo de este debía ser preparado y vestido con adornos y emblemas que darían lugar a su posición social, funciones ceremoniales y pertenencia algún acto divino. Todas estas actividades fueron tomadas con gran importancia ya que los inkas consideraban que la vida no terminaba ahí sino continuaba.
viernes, 23 de abril de 2010
Hito 1: Cultura Moche y la orfebrería
La Cultura Moche se desarrollo en los valles de Moche, Chicama y Virú ubicados en el departamento de La Libertad. Por el norte llegaron a expandirse hasta el departamento de Lambayeque y por el Sur hasta Casma ubicado en Anchash. El Dios Moche se reconoce como Ai apaed que está representado por la huaca de la luna. Esta cultura se desarrollo principalmente en la zona de la costa norte del Perú, donde construyeron de una manera impresionante grandes templos que dejan gran parte de ellos. Algo que nos llega a sorprender a todos fue su sistema de irrigación y su gran desenvolvimiento en la parte de la orfebrería donde se identificaron por ser maestros de los diferentes metales y el oro. Esta cultura en la vida pre- hispánica se ubica en el año 1 D.C culminando así en el año 800 D.C. La orfebrería en esta época no se veía como una fuente económica, más bien era visto como una fuente simbólica importante para los antiguos peruanos. El oro y la plata eran los metales nobles más importantes ya que el oro representaba el sol y la plata la luna. El color que se usaba en la orfebrería moche tenía un gran significado de estética y simbología ya que las diferentes tonalidades simbolizaban las transformaciones del sol, la luna y sus recorridos atreves de las estaciones. Los inkas en las ceremonias se vestían de oro y aparecían brillando como el sol y así le mostraban al pueblo su carácter divino y dejaban claro que ellos eran los que representaban a los Dioses en la tierra. En el antiguo Perú las ceremonias eran relacionadas con el sacrificio, la fertilidad y el culto a los muertos, para estas ceremonias los orfebres crearon tazones, vasos y copas de oro y plata que contenían los líquidos ceremoniales como el agua y la sangre sacrificial. También usaron el oro y la plata como vínculos para la comunicación de mensajes religiosos ya que estos eran los materiales de lo sagrado y sobrenatural. En las guerras las culturas precolombinas representaban a los guerreros con lujosos vestidos y adornos los cuales eran usados como símbolo de prestigio que demostraban la función ceremonial de los combates. En esta época la música y la danza eran aspectos que sobresalían, en su gran mayoría la producción de sonidos era por el contacto de elementos metálicos o por las sonajas que colgaban de ellos hechos también por metales. Los orfebres, las tejedoras, los ceramistas y otros artesanos especializados dedicaban su habilidad y su gran cantidad de tiempo y energía a vestir y adornar a sus señores tanto para la vida como para la muerte. Cuando morían los líderes moches la sociedad tenía que asegurarse que estos cruzaran exitosamente de este mundo al mundo al otro y que realizaran un buen viaje hacia su destino final, más cerca de los Dioses. El cuerpo de este debía ser preparado y vestido con adornos y emblemas que darían lugar a su posición social, funciones ceremoniales y pertenencia algún acto divino. Todas estas actividades fueron tomadas con gran importancia ya que los inkas consideraban que la vida no terminaba ahí sino continuaba.
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